Jesús Capo con El cireneo: La ayuda obligada (Evangelio (novelado) 46)
El itinerario que siguió Jesús cargando el madero de la cruz –que era el transversal llamado patíbulo– que se ajustaba con otro ya clavado en el suelo –el stipe– significó un enorme esfuerzo –se calcula que el patíbulo pudo pesar unos setenta kilos– ya que ese peso fue cargado en condiciones extremas, pues los reos antes de partir eran torturados de tal forma que había casos en que eran incapaces de soportar ese peso y morían en el intento.
Aquí pudo darse ese caso, por eso los soldados, al ver que Jesús no podría llegar al lugar de la ejecución por sus propias fuerzas, obligaron a un hombre que posiblemente, como tantos otros, presenciaba el espectáculo, a cargar el madero. Y este hombre no era de Jerusalén, sino que lo más probable es que fuera un peregrino que había ido a la fiesta de la Pascua y que procedía de Cirene. Él fue el que hizo posible que Jesús llegase hasta el final para cumplir su destino.